Cómo escribir una novela en 3 días

Comienza como lo suelen hacer las historias de escritores.

Un puñado de autores canadienses en la barra un bar presumen de sus capacidades literarias y se acaban arrojando el desafío de escribir una novela en los 3 días de un fin de semana largo de septiembre. Termina el verano, corren los setenta del siglo pasado y ninguno de ellos conseguirá el objetivo.

Pero lo intentaron al año siguiente con más locos en sus filas, y luego al otro y, al final, surgió un ganador y lo que empezó como una apuesta de barra se convirtió en una tradición llamada 3 day novel que, cuarenta y tres años después, sigue viva y abierta a escritores de todo el mundo, demostrando que el famoso Nanowrimo es poco original y refugio de blanditos.

¿Se puede escribir una novela en 3 días?

Las reglas del concurso canadiense son claras. Puedes planificar lo que quieras, pero no escribes una letra hasta las doce y un minuto del primer día. Y las novelas tampoco son de quinientas páginas. La última ganadora, The second detective de Shannon Mullally, tiene 96.

Este es el argumento según la contracubierta:

El Segundo Detective es una delirante y entretenida reimaginación de la novela detectivesca dura, que presenta a un misterioso narrador, un marido desaparecido y una lasciva cabra montesa con intereses interespecie. Lilah, una belleza madura, entra en la oficina del narrador con una foto de Babe Ruth, una historia sobre un plan de reencarnación incompleto y la esperanza de encontrar a su marido Glen. A pesar de las dudas, el narrador acepta su caso y ambos galopan directos hacia gorgonas, sangre de contrabando y los hermanos villanos, con un desvío para visitar el zoológico.

Así que sí, claro que se puede escribir una novela en 3 días.

Pero ¿cómo?

Para asegurarse el éxito, uno puede usar el método de Robert Louis Stevenson, del que ya hablé hace muchos años. Con él, se pueden perpetrar 10.000 palabras de Jekyll y Hide en 3 días, que tu mujer te las queme por obsceno y tú lo vuelvas a hacer, pero redoblando la apuesta con un manuscrito nuevo de 50.000 palabras en otros 3 días más.

¿El secreto?

Los pulmones llenos de tuberculosis y el cerebro de cocaína.

O si ya no la puedes encontrar en la farmacia como Stevenson, puedes usar el método de Michael Moorcock. Cuando era un chaval, sus historias de Elric de Melniboné me fascinaban, así que algo debe saber sobre ello.

Según Moorcock, puedes escribir una novela en 3 días si te ciñes a su sistema.

1. Prepararte de antemano

Personajes, lugares, temas y posibles desarrollos del argumento, todo lo que puedas preparar, lo preparas.

2. El argumento básico es una gesta para encontrar algo

En ella, los protagonistas buscan a una persona, un objeto o lo que sea, pero los antagonistas también. En el fondo, es una carrera contra el tiempo para ver quién llega primero.

Es un argumento básico que se sigue usando constantemente. Moorcock ponía de ejemplo El halcón maltés, pero hay millones de historias con esa premisa, no hay más que ver la última ganadora del 3 Day Novel, por ejemplo.

3. Haz que ocurra algo cada pocas páginas

Divides la acción en 4 secciones. Esas 4 secciones las divides en 6 capítulos cada una. Al final de cada cuarto de la novela, el argumento debe haber avanzado de modo significativo.

4. Prepara de antemano una lista de imágenes que den vida al mundo

Ciudades, parajes, objetos… Cuando estés en medio de la vorágine y te atasques, puedes acudir a esa lista y describir esos lugares y así no te quedas parado.

5. Piensa la estructura y el tiempo de la novela

La estructura no es el argumento. Del mismo modo, hay que planificar de antemano cuánto tiempo tiene el héroe para conseguir la gesta y que discurra bien entre las 4 partes y los 6 capítulos por parte.

6. Comienza con un misterio

Y cuando lo resuelvas, dejas caer otro. De esta manera, mantienes la intriga a lo largo del texto. El viejo truco.

No sé si estos pasos igualan lo que se puede conseguir con el Método Stevenson, pero está claro que se puede escribir una novela en 3 días.

Nadie dice que tenga que ser buena y, sobre todo, nadie dice que tenga que ser original. Pero sin duda será mejor que las mil que nunca se terminaron.